Nos une una visión, una forma de entender los negocios, una manera de trabajar, una inquietud intelectual, una necesidad imperiosa por sumar, aportar valor y construir un ecosistema empresarial con pilares sólidos en finanzas, tecnología, intangibles, estrategia y modelos de negocio. El equipo de Sensum Finanzas se extiende, se consolida, se entrelaza con distintas disciplinas, con talentos con capacidad de sumar desde diversidad.
SENSUM es igual a SENtido y SUMa, lo que nos mueve:
Nos inspira poner las «luces largas» para pensar en finanzas, porque son un catalizador para tomar decisiones, un banco donde probar estrategias complejas, un lenguaje común para integrar disciplinas, riesgos y la creación de valor. Porque nada más endógeno que una empresa: precios, cantidades, costes, inversiones, tecnología, clientes, empleados, proveedores, colaboradores, comunicación,… todo está conectado y entrelazado entre sí. Y por eso no se pueden ejecutar buenas estrategias globales, y menos financieras, sin domar esa endogeneidad.
La complejidad ha matado los planes de negocio tal y como los hemos conocido. La imposibilidad de predecir —cambios en el mercado, competencia, tecnologías o posibilidades— hace inviable diseñar estrategias a varios años y guiarse por ellas sin descarrilar en el intento.
La agilidad se ha impuesto en nuestras vidas, la pócima para librarse de ese descarrilamiento son las micro-decisiones, que se tienen que abordar de la manera más rápida posible; con la mayor información a la que podamos acceder —pero, a la vez, transformada en conocimiento— y, lo que es más importante, se deben crear los mecanismos para incorporar lo antes posible lo que aprendemos con ellas.
Y esa agilidad no se puede conseguir sin una nueva forma de hacer las cosas: sin saber validar ideas de forma constante, romper el puzzle de los modelos de negocios, usar y validar tecnologías, cambiar la manera de invertir o la de optimizar costes, por ejemplo. Esta forma de hacer las cosas supone una nueva lógica financiera que sea capaz de integrar estas visiones diversas en un objetivo único y poderoso: crear valor.
Los riesgos son silenciosos y, además, muy dispares. Normalmente suelen englobarse en varias categorías:
1.- Validación de ideas. Convertir una idea en un proyecto, éste en un producto/servicio o una nueva forma de hacer las cosas, es algo más complejo de lo que parece. Invertir en ideas supone asumir costes CIERTOS frente a ingresos INCIERTOS, o lo que es lo mismo, enfrentarse a la incertidumbre extrema. Validar ideas para convertirlas en negocios requiere de estrategias y métodos para minimizar riesgos y masticar la incertidumbre. Hablaremos próximamente cómo estamos reforzando el equipo en este ámbito también.
2.- Otro poderoso riesgo, del que hablaremos hoy, es el tecnológico.
3.- Después, el riesgo de la gestión: no es lo mismo gestionar una empresa de un empleado que opera para un mercado local, que una de 100 empleados que vende en varios mercados. No es lo mismo crecer o no crecer, necesitar recursos financieros que no necesitarlos, explorar más mercados de forma recurrente que estar ya establecido. El crecimiento es caro, muy caro, y tiene más riesgos de los que se piensa.
4.- Otro riesgo importante es la salud del management con el que opera una empresa. Cómo aprender de forma continua, saber combinar el pasado con el presente, pero sobre todo con el futuro. Cómo atraer personas a un proyecto para aportar valor y diferencia. La flexibilidad para aprender, desaprender, cambiar y decidir son aspectos imprescindibles para crear empresas sólidas y eternamente jóvenes.
Pero hoy hablaremos de tecnología. Porque como le gusta decir a nuestro amigo y también compañero Roberto Espinosa:
«Pasaremos de empresas que se definen por lo que hacen, a empresas que se definirán por las personas a las que sirven. La tecnología será consustancial a las empresas, y las personas a las que sirven estarán en el centro de todo lo que hacen».
No hay, ni mucho menos habrá, empresa sin tecnología. No hay, ni mucho menos habrá, modelo de negocio que no implique una decisión tecnológica. No hay, ni mucho menos habrá, propuestas de valor a los clientes, fijación de precios, decisiones de inversión, optimización de costes, o comunicación, sin tecnología. Y, por lo tanto, no se pueden valorar los riesgos financieros de una empresa, grande o pequeña, del sector TIC o de cualquier otro, sin evaluar, pensar, diseñar, re-diseñar y trabajar con la tecnología.
No es posible disgregar tecnología y negocios. Los financieros tienen que hablar con los tecnólogos; la I+D llevará la tecnología incorporada en cualquier célula que implique futuro; y qué decir de la analítica de datos, el acceso a comunidades de clientes o la creación de plataformas para abrir nuevas vías para crear negocios.
No hay forma de analizar el riesgo financiero de una empresa, una idea o una innovación si no incorpora una visión desde el ámbito de la tecnología.
Y desde Sensum esto lo palpamos diariamente en nuestros proyectos de estrategia financiera. Por ello nosotros mismos hemos trazado un puente sólido entre finanzas y tecnología, creando un equipo que responda a ambos mundos.
Enrique González y yo mismo hemos mamado las finanzas desde hace ya más de una década, en proyectos de todo tipo, y desde las trincheras. En contextos de inversión y desinversión; de crecimiento y de re-estructuración; con incorporación o salida de socios; cuando se compran o se venden compañías; analizando el pasado pero sobre todo ayudando a diseñar futuro. Integrando visiones dispares, de departamentos y profesionales diversos y tratando de crear una frecuencia única de comunicación a través de las finanzas. Incorporando la incertidumbre y el riesgo en la coctelera de las micro-decisiones; pero también los intangibles o los árboles de decisión —tener un plan A, B o C, y ayudar a pensar y simular los qué pasaría si…
Pero necesitábamos dar un paso más allá. Y eso es lo que nos motivó a trabajar con dos grandes profesionales del mundo de la tecnología con amplia experiencia: han creado empresas, dirigido equipos para desarrollar proyectos de alta complejidad. Hablan y entienden el lenguaje de las máquinas, pero también el de las empresas. Saben evaluar, testear, pensar y ayudar a re-pensar modelos de negocio con base tecnológica. Son docentes, comunican bien, conocen y navegan en diversas aguas del conocimiento. Saben lo que es vender, y el sufrimiento de tener poca caja para invertir. Conocen los egos del talento en las empresas, y cómo incentivarlos. Han sufrido el poder del riesgo silencioso y se han vacunado.
Ellos son Marco Laucelli y Joan Massó, a quienes damos la bienvenida al equipo SEAL de Sensum. ¿Por qué un equipo SEAL? Porque como dice Xavier Ferrás, otro gran amigo:
«Hoy, los equipos de innovación se deben parecer más a equipos de navy seals, fuerzas especiales, orientadas al reconocimiento del terreno, al aprendizaje constante y al trabajo en equipo. Deben ser grupos pequeños, fuertemente tecnificados y compuestos por profesionales de élite. Conectados por radio con los headquarters corporativos, financiados por los mismos, pero imbuidos de otra cultura (mentalidad emprendedora, de creatividad e iniciativa personal). Rápidos, capaces de improvisar, y sometidos a constante entrenamiento metodológico para maximizar las posibilidades de éxito sobre el terreno, en el momento de la verdad. Acostumbrados a tomar decisiones críticas en contextos de complejidad e información limitada.
(…)
Los navy seals de la innovación operan en terra incógnita, en nuevas combinaciones de producto, mercado y tecnología, lejos de zona de confort, en zonas desconocidas. Los navy seals aman la acción, la aventura y la exploración. Trabajan con máxima eficiencia cuando se les proponen retos casi imposibles (generar un producto ganador, disruptivo, que reconfigure totalmente el mercado, en el plazo de seis meses). Saben sacar el máximo provecho de sus recursos limitados. Y toman decisiones autónomas, desde la línea de fuego, en el núcleo del problema, no desde las posiciones estables de retaguardia y jerarquía.»
Marco Laucelli, que también escribe en Sintetia.com, se define como emprendedor y consultor tecnológico, experto en los procesos de transformación digital y en particular cómo los datos, la automatización y la inteligencia artificial juegan un papel central en ella.
Marco es Doctor en Física Teórica por la Universidad de Oviedo y tiene más de 15 años de experiencia creando nuevos productos digitales, creando nuevas líneas de negocio o lanzando nuevas compañías. Actualmente Marco ejerce como Interim Manager en distintos proyectos y su experiencia es muy amplia y diversa. Desde 2016 también es profesor del master de Big Data del Instituto de Empresa.
Joan Massó también es emprendedor y académico, experto en computación avanzada, metodologías y tecnologías para la transformación digital. Profesor Titular de Física Teórica en la Universitat de les Illes Balears (UIB). Tiene mas de 25 años de experiencia como investigador, tecnólogo y emprendedor. Ha trabajado en el National Center for Supercomputing Applications (Illinois, USA) y ha sido director de supercomputación en el Albert Einstein Institut de Max Planck (Potsdam, Alemania).
En el año 2000 fundó GridSystems junto con Marco Laucelli, que durante una década fue el líder europeo en la aplicación de grid y cloud computing a finanzas y telecomunicaciones.
En los últimos años, ha compaginado su actividad académica con su participación en diversos startups tecnológicos.
Actualmente es Director del grupo de Física Computacional Avanzada de la UIB, y profesor del master de Computación distribuida e inteligencia artificial, y a la vez mentor y consultor de desarrollo de negocio y tecnología digital para diversas compañías.
Como puedes comprobar, el equipo SEAL de Sensum se hace fuerte, muy fuerte, en capacidades para pensar y evaluar la tecnología e incorporarla en la coctelera de las decisiones financieras. Todo ello tiene un SENtido: incorporar competencias y conocimiento en un mundo donde no somos nada sin hibridación y conexión entre disciplinas. Pero, sobre todo, nos mueve la SUMa: para crear valor sólido a nuestros clientes, nuestros grandes aliados.
Pero aún hay más… y pronto daremos noticias.
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